Cobre viejo


Bandeja centro de mesa


Cuenco con motivos orgánicos



Herencia
Qué más valioso nos puede dejar una abuela que su recuerdo. Un recuerdo que se pueda tocar, oler. Un gran recuerdo. Un recuerdo con el que fabricar recuerdos. Cuantas tardes viéndote mover las manos incansables. Tu olor a lanas de colores. Tu silencio por horas roto por los quejidos de tu espalda maltrecha por tantas horas empeñada en fabricar recuerdos.


Herencia

Y sabes qué recuerdo. Tus manos. Tus gafas en la punta de la nariz. Tu aguja teje que teje. Tu sitio en el sofá. Tu hueco. Y cómo me dabas colacao calentito a cucharadas en aquellas tardes que se me antojan angostas. Nos acompañábamos las dos  a que si, pues, para huir de la pena no hay una edad concreta. Gracias abuela.


Monstruo del pantano 
Con este conjunto de piezas monstruos del pantano pudimos cocer varias veces, de ahí la diferencia de color entre unas y otras. Aunque son piezas muy pequeñas y relativamente fáciles de hacer son piezas muy apreciadas, pedacitos de color capaces de captar mucho interés. Imagina un despacho de un doctor, blanco, aséptico...Ahora imagina ese despacho con una pieza como esta sobre la mesa. No hay color... o sí hay color?? tan sencillo como eso
Tiene textura en el interior hecha con las cerdas de un pincel seco. En gres. Mide 9 cm de diámetro.



Pata de elefante cobre viejo
Esta serie pertenece a los primeros trabajos de Óscar. Aprovechando las deformidades y en busca de formas nuevas. Esta pieza es importante porque el autor ha evolucionado mucho. Sus piezas son más finas, más escrupulosas. Esta tiene la esencia del novato. Quizás ahora con su bagaje es una pieza inconcebible en el taller a no ser que alguien la pida. Pero solo quizás.
En barro rojo. Mide 26 cm de altura.


Cuenco cerrado de cobre viejo
De aires orientales por la forma, boca amplia y base pequeña. También pertenece a Óscar en su etapa inicial, con sus paredes gruesas pero con una base que requiere cierta destreza ya. Seguro que la esmaltó el mismo, otra asignatura más en la trayectoria del ceramista. Él no se considera profesional porque no tiene un título pero, la realidad es diferente, te puedo asegurar que conoce el campo de la cerámica en profundidad.
En barro rojo. Mide 20 cm de altura.


Taza cobre viejo
Esta la hice yo en mis inicios como ceramista independiente. Me la pidió un amigo. Forma parte de mi intención por trabajar la alfarería. Esta etapa pasó y dejé atrás la idea de funcionalidad que acompaña a la alfarería y apuesto hoy por la belleza, el concepto, el mensaje, que transmite una obra de arte.
En barro rojo. Mide 15 cm de altura.


Monstruos del pantano cobre viejo
Esta es mi manera de hacer piezas rotas, o por lo menos en apariencia. Siempre me ha llamado la atención los ceramistas orientales, que hacen esos cuencos de té, rotos, con pinceladas que parecen accidentes. La conocida técnica del Wabi Sabi, que se basa en la belleza de la imperfección. Pues esta serie de piezas de monstruos del pantano es mi manera de hacer piezas imperfectas pero bellas.
Se puede apreciar la textura hecha clavando las cerdas de un pincel seco, igual que las huellas de los dedos al modelar. 
En gres. Miden 12 cm.




Minicajita de cobre viejo
Hacer bolitas, unirlas, dar forma cúbica al conjunto, separar la tapa del cuerpo cortando con un hilo de pescar y vaciar para dar función de contenedor. Esta manera de hacer cajas me acompaña desde que tenía 22 años. Tan pequeña no la había hecho nunca pero quedan una monada y son fáciles de hacer hasta para los niños. Son muy cool, no te parece? Ahora resulta que no hace falta congelar el cordón umbilical para extraer células madre en caso de necesitarlas, solo debes guardar los dientes de leche en un lugar seco, una cajita. Yo ahí lo dejo.
En barro rojo. Mide 3 cm.



No hay comentarios: